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viernes, 11 de noviembre de 2011

Capitulo 59


Cosas del cine de terror …

Siempre hay ataques en los baños
Tip de supervivencia por si estás viviendo una historia de terror: no vayas al baño. No importa si no te has bañado en una semana, si tienes diarrea, si estás en la “seguridad” de tu casa, o en un baño público. Una cosa es cierta: los monstruos, fantasmas, zombies, o lo que sea, siempre te seguirán al baño. En la vida real, existe una explicación para esto: el baño es donde estamos más vulnerables. 

Niños raros
Los niños siempre tienen un papel muy importante en las películas de terror: o son los malos o son los sabelotodo que ven fantasmas. Digamos que mientras los niños normales juegan Nintendo o con Barbies, los niños de estas películas la hacen de mediums, o juegan con amigos imaginarios -léase fantasmas–. ¿Por qué no pueden ser como los niños comunes?

Ruidos Raros
Dicen que el ser humano le tiene horror a aquello que no puede ver. Por eso, es lógico que las películas de terror hagan que sus monstruos y fantasmas se manifiesten por medio de ruiditos, que van desde pisadas y rasguños hasta risas, gritos y chillidos. Moraleja: si escuchas algo raro, no voltees, no investigues: sólo corre por tu vida mientras lloras. 

Siempre se separan los grupos
Si algo aprendimos mal de Scooby Doo es que si las víctimas vienen en grupito, siempre deben separarse. El problema es que Shaggy y sus amigos eran detectives: buscan el peligro. Los protagonistas de las películas de horror no. Por alguna razón creen que van a sobrevivir más si se separan que si se quedan juntos. ¿Es broma? No cabe duda que es una idea muy estúpida.

Contestar el teléfono es un grave error
En el mejor de los casos, la línea telefónica muere misteriosamente. Si no, o te habla una niñita para avisarte que te quedan 7 días de vida o escuchas respiros tétricos o te salen lenguas u otras cosas asquerosas. Los personajes de la película no pueden hacer ni recibir una llamada normal. Nunca.

Los asesinos son silenciosos
Y es obvio, ¿no? Lo raro no es que intenten ser silenciosos, sino que logren moverse con un silencio sobrehumano. Ahora resulta que todos tienen entrenamiento ninja para lograr ser rápidos y sumamente discretos, oséase, prácticamente invisibles.

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