En el café de ayer…
-“Historias van, historias vienen”- mencionaba un señor ya grande de unos 50 y pico años de edad esto lo decía frente a me imagino un grupo de estudiantes o pasantes de alguna de esas carreras filosóficas, sociales o psicológicas…
Todos, absolutamente todos prestaban atención como si en algún momento fuera a revelar un secreto de la vida…
Irónicamente nadie lo llamo profesor, maestro o doctor (como en mi escuela se utiliza para no dañar el ego de los docentes), todos lo llamaron Saúl y así lo reconocían…
Saúl pero es que varios autores mencionan… -“mira, volteaba con un aire simple y le contestaba al chavo, lo que pasa es que este autor en ese momento todavía no conocía lo que era la locura, cuando la conoces y reconoces todo lo que dices suena coherente”-…
No me parecía equivocado y más en este mundo cuando lo que se opina no es muy bien visto y cuando dices un disparate alguien alaba tu comentario como algo propio para la ocasión…
La plática continuaba y parecía no tener fin… y yo hojeando “The Rolling Stone Magazine” que es una buena revista de música, noticias, etc.… después hubo un pausado silencio y me sorprendió por lo cual gire la vista y me pareció ingenuo hasta padre lo que “Saúl” que escribió en un muro del local, lo cual es válido en el lugar con la condición de que no se escriban groserías y cosas sin sentido; una regla muy válida hasta mi punto de vista…
Lo que este señor escribió me pareció algo desconocido al principio y familiar al último, como no reconocer un escrito de Paulo Coelho:
"Siempre es preciso saber cuando se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella mas allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto"
Hasta que punto tiene razón Coelho?, o es que todo lo que dice es cierto, o a la mejor en cada cosa con la que nos topamos parece recordarnos nuestra simple mortalidad, nuestro paso en este mundo, nuestros tropiezos y aciertos en el camino…