Tu eres el visitante numero:

sábado, 24 de septiembre de 2011

Capitulo 56


Y si fuera ella…

Hace rato (para ser exacto una semana) estaba platicando con unos grandes amigos lo que a nuestra corta edad y reducida experiencia en asuntos de la vida llamamos: “un desafortunado enredo amoroso”…

Es cierto, a mis 20 años no puedo presumir de haber amado a alguien con tal fuerza como para llorar un rio, ni mucho menos armar una escena como las que hacen las películas dedicadas a este asunto, pero si puedo presumirles (si se puede presumir) que he tratado de aferrarme a un sentimiento muy parecido a eso que algunos llaman amar…

Y no ha sido algo muy fácil cuando de por medio se encuentran tantas y tantas cosas, que no viene al caso platicar en esta columna porque me quedo sin material para las demás semanas; pero es algo lindo…

Y aquí me doy el lujo de hacerte una pregunta; “Si fuera posible (aclaro esto solo es un ejercicio mental) tan solo por un instante volver a revivir ese momento donde te quedaste in respiración, cuando tu corazón anduvo a 1000 rpm (Revoluciones por minuto) lo harías de nuevo o que cambiarias?, a lo mejor tratarías de que tus palabras fueran más sofisticadas o de preferencia de que fuera más el silencio que reinara y que hablaran los sentimientos …

Pues sí, ahora en estos momentos estoy reviviendo ese sentimiento cuando la vi y cuando lo volví a ver, que fue uno de los regalos más grandes, suena cursi lo sé, pero han tenido ese loco pensamiento donde afirman: “es ella” y no solo me refiero a estar con ella solo un rato, si no a ella con la que quieren compartir absolutamente todo y con eso me refiero a peleas, discusiones, noches, atardeceres, canciones, lagrimas, bailes, madrugadas, etc., etc., etc. ...

Si, así estoy en esta agradable noche de septiembre todavía pensando en que si tal vez si ella pudiera leer estas pobres líneas se podría dar cuenta de que existe un loco enamoradizo que trataría de hacerla reír, cantar y creo que hasta llorar…

Por mientras, por mientras me acogen solo los recuerdos, las ganas de volverla a ver y jugar con la imaginación pensado en que tal vez “y si fuera ella”…


miércoles, 14 de septiembre de 2011

Capitulo 55



5 cosas que jamás harás …

Es cierto, las redes sociales llegaron para cambiar nuestro estilo de vida y lo han hecho, pero hay cosas que tal vez no a todos les agradan

Borrachazos: Si hubiera una aplicación que bloqueara tu celular mientras bebes, seguramente evitarías muchísimos problemas. Mientras no exista, prohíbete poner status cuando traes copas de más. Al siguiente día que despiertes crudo y leas un: “Estoy en un motel bien borracho, salud” se te van a caer los calzones…

El estado del clima: Aquí la pregunta es: ¿Qué esperas que te respondan cuando pones “tengo frío”?, Sinceramente no se nos ocurre algún comentario que valga la pena. ¡No necesitamos saber si tienes frío, calor o estás a temperatura ambiente! A menos que viajes al Polo Norte, evita los status en Facebook notificando tus cambios de clima y mejor cómprate un ventilador si tanto calor tienes...

Alimentación: No nos interesa saber qué comiste, aunque haya sido un pato a la naranja. La verdad es que leer un sábado por la mañana un estatus que dice: “Cené quesadillas” nos tiene sin cuidado. Igual si escribes: “Cereal con lechita, ¡qué rico!”

Amorosos: Habrá veces en las que tu mundo sólo gire en torno a tu pareja. Sí, lo sabemos, sientes mariposas en el estómago todo el día y cuando quieres escribir un estatus sólo piensas en una cosa: “Estoy tan enamorado”. Cuando eso suceda recuerda que hay otros que están sufriendo de desamor o algunos más –mortales comunes– sin tanta miel encima; ninguno de ellos quiere leer “BeBé Te AmO mIL, BeSaS DeLiCiOsO”. Te lo diremos directamente: tus declaraciones amorosas públicas nos dan flojera, aprende a derramar miel en privado, no comas pan enfrente de los pobres.

Indirectas de ardido: Si tienes un problema con alguien y no te atreves a decirle qué te molesta, las redes sociales no son el medio para solucionar nada (y mucho menos si andas aventando indirectas). Lo peor de este tipo de frases es que todo el mundo sabe para quién están dirigidas. No es muy difícil adivinar a quién le avientas una indirecta como: “Ojalá tuviera a alguien que me regalara flores y chocolates”. Sabemos que tu novio es poco detallista, no necesitas quemarlo enfrente de todos…